jueves, 26 de septiembre de 2013

032

Que te disculpe me dices.

¿Qué tengo que disculparte?
¿Cuáles son los inconvenientes que me causas?

Serás tonto. Mi tonto. Siempre tonto.

Sabes que lo entiendo. Que lo respeto y que estoy de acuerdo en que enfrentes tu duelo. Cuando estés listo, estaré acá, sentada en el mismo lado de la cama con los brazos abiertos y una enorme sonrisa. Te contaré cosas tontas, de esas que nos hacen reír, que nos hacen olvidar aquellos malos ratos que en ocasiones no podemos evitar.

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