domingo, 10 de septiembre de 2017

077

Resulta inquietante que a pesar de los años, a uno se le escapen los daños.  Existen personas que no nacieron para dejar de soñar. Y no, no se me da… porque a pesar de todo, no dejo de confiar,  al final las barreras siempre caen, aunque eso pueda significar nuevamente acabar mal.

Soy firme creyente de que no deben pagar justos por pecadores, que cada persona merece su oportunidad. No me ha ido bien, hasta ahora me ha tocado estar en la posición de perdonar, de dejar atrás  y avanzar.  Pero es que de otra manera, a mí no se me da amar.


Pero, ciertamente… no creo querer más. Que ser el cero a la izquierda, no me puede llenar, no cura esta soledad.