sábado, 24 de agosto de 2013

018

- ¿Con tus padres? Debes estar bromeando. No creo que eso vaya a ocurrir.
Imposible. ¿Es que acaso le estaba tomando el pelo? Que locura. ¿Por qué sus padres querrían conocerle? ¡A ella! Es decir, ¿cuánto hacía que salían apenas? 3 meses. ¿No se supone que debieran ser los padres de ella quienes desearan conocerle a él primero? Nuevamente... ¡Que locura!
- Vamos, verás que son inofensivos. Quizás hasta te agraden.- Dijo él mientras le sonreía divertido.
- No lo comprendes ¿verdad? No me preocupa que me agraden, me preocupa YO no agradarles, es decir tu y yo realmente no tenemos nada. ¿Se los has dejado claro? Apenas nos conocemos, somos amigos simplemente o algo así. No es como que este buscando un marido o tu una esposa.
- Sólo quieren conocer a la chica con la que estoy compartiendo tanto tiempo, están curiosos. Hace tiempo no le dedicaba atención a nada que no fuese trabajo.
- ¡Genial! ¿Y qué culpa tengo yo de tus pocas ganas de socializar?
- Te estas volviendo loca por nada. No es para tanto, es sólo una cena... como si tu me invitaras a tu hogar un día.
- No lo creo. Simplemente no lo creo. Ni siquiera sé cómo debería vestirme. ¿Qué tal que no les agrado? ¿Qué tal que les caigo muy mal y te la montan por relacionarte con alguien como yo?
- ¿Estas hablando enserio? ¡Van a amarte!
Ni siquiera tu me amas imbécil pensó. Se preguntaba en qué momento la relación los había llevado a este punto. Ella no tenía claras las intenciones de él. Parecía gustarle, pero ¿y qué? eso no garantizaba nada. Llevarla a su casa era una locura ¿la estaba poniendo a prueba acaso? La iba a volver loca, un día de estos el chico que estaba apareciendo en sus sueños desde hacía un tiempo la iba a terminar volviendo completamente loca.
- Paso por ti a las 8:00, no te estreses ¿vale? Prometo que todo saldrá bien.


Decir que estaba hecha un manojo de nervios no hubiese sido suficiente, no tenía idea de cuántas horas tenía mirándose al espejo. Al final había optado por un vestido negro simple, con un largo que consideraba apropiado y sin ningún tipo de escote pronunciado, un poco de maquillaje para no verse tan desarreglada o desinteresada, pero no muy cargado tampoco. Se calzo un par de tacos azules y un abrigo a juego. Iba a matarlo. Apenas terminara esa noche podía considerarse hombre muerto. Miro al reloj que se encontraba en la pared 8:00 pm. Y en ese instante sonó el timbre.

- Te miras preciosa.- Le dijo apenas la vio.
-Ya cállate y terminemos con esto- Dijo ella saliendo de su casa y encaminándose al coche.
No hablaron realmente durante todo el trayecto, él la miraba cada que podía, pero ella ni se inmutaba. Realmente no sabía a qué iba todo este circo montado. La verdad es que durante estas horas se ha hecho mil preguntas acerca de ellos. Estaba insegura, de lo que estaba ocurriendo, de lo que estaba sintiendo y de lo que él pudiera sentir por ella.

La cena transcurrió tranquila, los padres del chico resultaron muy agradables y al parecer les había causado una buena impresión. Le pidieron que volviera pronto y han charlado muy amenamente. Nadie entro en gran detalle, ni siquiera le hicieron sentir incomoda con un ¿cómo se conocieron?. Fue casi como si le conocieran de toda la vida.

Una vez fuera, mientras se dirigían de nuevo a su casa ella no pudo más, de sus ojos incontrolables lágrimas empezaron a salir resbalando por su mejilla. Él la miro preocupado, intento tomar su mano pero ella la aparto antes de poder hacerlo. No dijeron nada hasta que llegaran y entraran a la casa.

-¿Qué es lo que pasa?.- Le dijo él por fin.
-¿Qué es lo que pasa? .- Explotó- ¿A qué demonios estas jugando? ¿Qué pretendes con todo esto? No sé de qué se trata pero no me agrada, tu maldito juego me ha colmado la paciencia ¿sabes? Y no, no voy a tolerarlo... No puedes jugar conmigo así, no puedes salir conmigo y después de 3 meses no saber hacia dónde vamos, no puedes de repente llevarme a casa de tus padres cuando ni siquiera tengo idea de qué somos porque jamás lo he tenido claro. Maldita sea, no sabes cuanto te detesto.

- Te amo
- ¿Qué?
- Que te amo, que eres una tonta si no lo sabes. Que realmente debes ser muy despistada si no te has dado cuenta que durante estos 3 meses no he podido sacarte ni un instante de mi cabeza, que tu sola presencia ilumina cada uno de mis días. Que eres la razón de que sonría como un estúpido cuando nunca antes lo hice. Perdón si no te he pedido que seas mi novia, si no he formalizado con palabras lo nuestro, es sólo que desde el principio dijiste que no creías en los compromisos, por eso busque cada día decirte en actos lo que representas para mi.
- Es que... ha sido todo tan confuso. Yo, Dios... tengo tanto miedo de perderte.
Se acerco a ella y la abrazo, como nunca antes, queriendo transmitirle todos y cada uno de sus sentimientos, queriendo llenarla de seguridad, de amor.

- Sé que estas asustada, pero no me iré a ningún lado. Debes creerme.


No hay comentarios:

Publicar un comentario