sábado, 3 de agosto de 2013

012

Podía verse caer la tarde, los colores se mezclaban a lo lejos y me sentía plena. Ahí sentada a su lado, tomando su mano. Le mire a los ojos y susurre un "te amo", él respondió al gesto pegándome más a su pecho, regalándome una de esas intensas miradas que lograban derretirme instantáneamente; y besando mi cabello añadió un "te amo también" de regreso.

Entonces sucedió, después de no verle en mucho tiempo, se mostro ahí frente a nosotros, una mirada altanera, esa copa en la mano. Guapa, definitivamente se miraba guapa, pero no se parecía del todo a mi amiga. Nos miro con asco y después sonrió irónicamente.

- Me dijeron que algo así podía encontrarme, siempre tan soñadora. ¿Crees haber encontrado el amor? Te miras patética. ¿Hasta cuándo piensas crecer? Por Dios, no es posible que sigas creyendo en cuentos de hadas.

- También me da gusto verte.- Respondí. Él me miró un poco confundido, le di una sonrisa que pudiera indicarle que estaba todo bien.

- Déjate de tonterías.- Respondió.- Te advertí que no te metieras en esto, que no te enamoraras de él.

- Y después te alejaste sin decir una sola palabra, empezaste a ignorarme, te enfocaste en ti y en tu relación y entonces nada más te ha importado. ¿Qué es lo que realmente te molesta? ¿Que yo este bien es acaso tan malo para ti? ¿No es que mi amiga debería sentirse feliz por mi? ¿Por qué tu si y yo no?

- ¡¿Que tu estés bien?!, ¿Qué tu estés bien?, por Dios! escúchate. ¿Cuánto tiempo crees realmente que durara tu cuento de princesas? ¿cuánto crees que tardara en caerse el mundo encima de ustedes dos? Mírense, son totalmente distintos, sus mundos son totalmente diferentes. Me molesta, claro que me molesta que te comportes como una cría, que vayas por el mundo con esa cara de felicidad, como si nada ni nadie los pudiera tocar, ubícate de una vez. En la vida real las historias de amor fantásticas son solo eso, fantasía. NO ES REAL.

Una lagrima rodo por mi mejilla. ¿Quién era ella y en qué momento había dejado de creer? No logre encontrar una respuesta, me levante y camine hacia ella entonces. Me miro altiva y entonces le abrace fuerte.

- Te extraño le dije y hubiera deseado que compartieras tu dicha conmigo y poder compartir la mía contigo.

Me aparto de inmediato, me miro enojada y se dio media vuelta. Apenas dio unos cuantos pasos cuando nuevamente se detuvo para mirarnos una vez más. Él se había situado de nuevo a mi lado y tomado mi mano.

- De verdad espero que toda la porquería que contamina esta vida no te destruya algún día. Si a pesar de todo puedes seguir creyendo, no mereces menos que un amor capaz de atravesar montañas, distancias y el tiempo mismo.- Sonrió y luego añadió.- Es difícil estar cerca de ti, brillas todo el tiempo, no de forma soberbia... simplemente brillas. Nunca has sabido conformarte, luchas por lo que quieres, una y otra vez aún cuando la mayoría de las personas nos rendimos al primer fracaso. He estado molesta por eso, me molesta pensar que tal vez tu cuento de hadas pueda acabarse un día después de ver cuándo has luchado... simplemente no lo soportaría.

- Estoy consciente de ello, pero no puedo ser de otra forma. Esto es lo que quiero, yo con él soy aún más feliz.

- Ese es el punto, ser feliz ya de por si es difícil, pero tu no solo eres una persona feliz, además te diste el lujo de encontrar a alguien más con quien compartir toda esa felicidad. ¿Qué pasara si mañana él decide que esto es demasiado complicado y se marcha?

- Si eso ocurre, entonces estará en todo su derecho. Me quedare con mi felicidad y seguiré adelante. Él podrá hacer lo mismo.

- Y te levantaras día a día con esa estúpida sonrisa que a todos nos hace pensar que el mundo no es tan malo. Aunque sea un asco. De verdad, tu no perteneces a este mundo. No pueden tus sueños destruirse todo el tiempo y seguirte manteniendo en pie, no es posible que siempre encuentres razones para estar bien, yo sé cómo duele cada que algo no sale bien, tus ojos son incapaces de ocultar el dolor, pero no te rindes... nunca y eso realmente es abrumador. Tú.- dijo dirigiéndose a él.- La lastimas y considérate hombre muerto, no he conocido a nadie que no haya pagado por provocar una lagrima suya, yo misma tengo ya una deuda en el infierno. Nos vemos.

Y se marcho, con su copa en la mano, sus tacones y ese vestido del color del vino.

- ¿Realmente crees que pueda irme de tu lado?.- Dijo él.

- Podrías, pero espero realmente que prefieras quedarte.- Respondí antes de besarlo.


 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario