domingo, 5 de abril de 2015

064

Lo cierto es, mi jodido amor,
que mi futuro te sigue desvistiendo a dos manos,
que dejo la ventana abierta
para que olvides los portazos,
que no sé si me pesan más las ojeras o el sueño
pero sigo tumbada al lado de tu hueco
y me levanto tan adolorida, mi bella muerte,
que mi madre no deja de preguntarme quién me duele
y no me entiende cuando le señalo mi garganta,
que necesito que me digas que no te vas a ir nunca
mientras te vas,
que necesito que me digas que te vas para siempre
mientras te quedas.

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