viernes, 3 de abril de 2015

063

Una noche eterna, una mañana extraña. Tus palabras reproduciéndose una y otra vez sin parar. Jugando con mi mente, haciéndome sentir. Me niego a recordar algo más, me niego y me aferro a todas estas fuerzas que me restan para no caer.
Cada noche rezo, con el corazón en la mano pido por poder dejarte ir.
No quiero ignorar, quiero superar, aceptar.
Te extraño, te pienso, te sueño y sólo quiero que te vayas.
Me encuentro en esta terrible batalla conmigo misma, aquella en donde con todas mis fuerzas deseo aparezcas ante mi, me busques y simplemente me reclames como tuya. Y por otra parte sólo quiero que te mantengas lejos, al margen de mi, para así poder arrancarte de tajo, para así convencerme de qué amarte no es una opción. Nunca lo ha sido y nunca lo fue. Necesito soltarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario