domingo, 14 de diciembre de 2014

053

Hoy, después de tanto tiempo...
...volví a pensar en ti. Justo al terminar de leer otro de mis libros. Me descubrí con la cara cubierta de lágrimas y entonces fui consiente de toda esta situación. Nuestra situación. No sé en que momento nos perdimos. Pero lo hicimos.
Debo confesar que no extraño lo que pudo ser, no extraño aquellos planes sin concretar. Más que extrañar, me dolió haber olvidado quién era yo, que en mi intento de borrar el recuerdo de aquel agosto que tanto dolió, me borrara a mi. Todo lo que hice, todo aquello que logre.
Nos abandono la magia, la complicidad. Dejamos de ser esos amigos que se molestaban y que se querían aún más. Es triste porque la verdad es que ya no deseo volver a ello nunca. Porque ahora entiendo que estuviste por esos años, todo lo que debías estar. Que me enseñaste mucho, que me abriste los ojos al mundo y me enseñaste a volar y eso, amigo mío, es algo que nunca en la vida voy a poderte pagar.
Y es que, hace tanto te marchaste de aquí, que ya no recordaba todo lo que nos toco lidiar-enfrentar-vivir.
Sigo deseando con todas mis fuerzas que no te detenga esa enfermedad. Y sólo porque sé que siempre has de preguntar, he de decirte que a mi no me esta yendo nada mal. Por fin todo empieza a acomodarse en su lugar. Estoy bien. Llevabas mucha razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario