lunes, 15 de abril de 2013

004

Probablemente al finalizar esto, no sean sino palabras. Palabras de una chica que no entiende qué paso o... en qué momento ocurrió. Flashazos llenos de recuerdos, risas, fotografías, miles de abrazos y besos. Esa complicidad única, cariño. Cariño puro.
Se ha levantado ese día, tratando de ignorar una vez más lo evidente... Ya no siente el calorcito que le regalaba, sus sonrisas llenas de amor han desaparecido, esa mirada de hastío las ha reemplazado y sólo Dios sabe cuánto duelen, como cada una de ellas se han ido incrustando en lo más profundo de su ser. Le ha perdido, de manera tan infantil le ha perdido y lo siente con cada día que pasa, cada que siente como se forma ese nudo en su estomago al mirarle.
- Prefiero que no se preocupen por mi, ya me las arreglare para estar bien.- Su extraordinaria justificación. ¡Patética! Es que no es capaz de darse cuenta a tiempo de que es ella misma quien les aleja.

Le vio a lo lejos marcharse, ni siquiera fue capaz de dirigir su mirada hacia allí, dio la espalda y siguió caminando mientras sentía como algo se rompía dentro. Lo supo entonces... Comprendió el dolor que había en aquellas palabras que le había mencionado hace ya tiempo.
- Ya no siento que seamos amigas, siento que te pasan cosas y no las compartes conmigo, se supone que somos amigas, que me contabas todo y estábamos ahí la una para la otra. Pero tu ya no estas y siento que ya no soy parte de ti.

Sólo entonces supo que extrañarle sería una constante de ahí en adelante. Porque ella nunca sabría cuánto es que en realidad le quería. Y aún si se lo contase, sus palabras ya no le bastarían.

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