Al amor le he escrito tanto como al horroroso dolor de perderlo. He llorado, he gritado, he pasado noches terribles buscando consuelo que pareciera no llegar jamás.
Se dice que es más fácil escribir cuando estamos tristes, que es la forma que tenemos de sacar todo el dolor que nos invade y del cuál no podemos deshacernos aunque pasen las horas, aunque pasen los días. Pero pasa, siempre pasa.
Y entonces, me pregunto ¿alguien le escribe alguna vez al perdón?
Yo te perdono por aquel daño que consciente o inconscientemente pudieras haberme ocasionado.
Te pido perdón por aquel mismo daño que te pudiera haber causado.
Y me pido perdón a mi. Por haber dejado que el dolor me cegara y me hiciera olvidar que a pesar de todo yo te quería. Que no es tu culpa, ni mi culpa que lo nuestro hubiera terminado, que hay personas que simplemente no están destinadas a ser, me disculpo por no haberte podido hacer lo feliz que hubiese deseado, pero entiendo que no era lo que tu necesitabas.
No sé si es por el tiempo, no sé si es porque estoy creciendo, porque por fin el dolor se apago y puedo seguir adelante, pero hoy, ya no tengo miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario