domingo, 9 de marzo de 2014

040

Sé lo que estas haciendo.

Es probable que no diga nada, que siga el juego y que te trate como siempre. Pero lo digo en serio, sé lo que estas haciendo.

Conozco el juego, no lo olvides. Te conozco demasiado. 

Estas escapando y has recurrido al lugar aquel que te hacía olvidar. Que te distraía y te hacía pensar que las cosas tal vez ahí eran mejor. Siempre tuvimos nuestro propio mundo, uno donde nadie más podía entrar, aquel donde nadie nos podía tocar, nada nos podía dañar.

No has vuelto por amor, has vuelto por temor a no poder afrontar las consecuencias de la decisión que has tomado y mi adorado y dulce amigo... no me engañas a mi, pues deberías recordar que siempre sé un poco más, aún cuando las palabras no salgan de tu boca.

No es reproche. Aclaro.

Este es tu sitio. Siempre habrá espacio para ti. Porque no estas solo, nunca has estado solo y ahora mismo comparto toda esa rabia que te inunda, esa impotencia de no poder estar donde realmente quieres estar. Porque la vida es así y uno no siempre puede tener lo que desea. Porque a veces no basta con querer y de nada me servirá decirte que todo estará bien. Yo sólo... yo sólo puedo estar.