sábado, 28 de febrero de 2015

060

Me has herido.
Se siente aquí, ese pinchazo, ese nudo en la garganta.
Me has herido y a ti no te esta permitido.
Te has burlado primero y me has llamado después mentirosa.
Y sólo por un instante desee con todas mis fuerzas tener aún la evidencia para pasártela por la cara, pero no. Porque no es así, porque YO no soy así y no debería tener que probar nada.
No a ti. No después de tanto, no después de todo.
Yo aún soy yo, pero ahora... ¿quién eres tú?

Respira, respira, respira.
También sanará esta herida.

jueves, 26 de febrero de 2015

059

Entonces pensaba que la mejor forma de mantenerse de pie y completa era esconder ese amor con mentiras, demeritando todo lo que por él sentía, negando lo "innegable", sería cuestión de tiempo.
Si vives otra vida, puedes evitar enfrentarte a las emociones que tarde o temprano te causarían heridas.
Pero, fueron precisamente esas ganas de mantenerse completa, las que provocaron viviera incompleta, jamás hablo de sus sentimientos y jamás se le volvió a ver sonreír como cuando estaba a su lado, como cuando se olvidaba del miedo, del mundo y sólo existían esos momentos. Sus momentos de felicidad.

sábado, 14 de febrero de 2015

058

Te extraño tanto.
Realmente te extraño.
Hay tantas cosas que quisiera contarte.
Existe tanto que he descubierto.
Un día despiertas y simplemente te das cuenta... ¿de eso se trata?
Todo tiene sentido ahora y entonces me pregunto: ¿lo sabías?
¿Te diste cuenta tú, mucho antes que yo, de que lo amaba?
Que es él, que siempre ha sido él.
Es tan real que asusta, es tan real que ahora no sé cómo hacer frente a ello.

miércoles, 4 de febrero de 2015

057

Había pasado casi la mitad de sus años esperando que su historia juntos iniciara. Y cuando ese día llego... y se fue, comprendió que definitivamente hay personas que más valiera poder dejar en lo platónico, después de todo hay caminos que no se cruzan.

martes, 3 de febrero de 2015

056

Y ahí, de pie, sintió como cada una de sus ilusiones caían a pedazos una tras otra. Los últimos días, las charlas, sus palabras. Eran mentira, todo había sido una maldita mentira.
Lágrimas se agolpaban en sus ojos, amenazando con intensificar el dolor. Una vez más, cual niña pequeña había creído en él, había parecido tan sincero, había hecho tanto por ganarse su atención, su confianza, su amor, y todo para nada.
Lo que estaba frente a sus ojos destruía por completo lo que había logrado. Arrancándole de tajo cada maldito y posible "tal vez".
Porque la chica que ahora veía entre sus brazos, no era ella. No era ella a quién sonreía, no era ella a quién besaba. No era ella y ni siquiera había tenido la decencia de decírselo de frente, ni siquiera había sido capaz de inventar una estúpida excusa que lo hiciera quedar como algo menos que un patán.
Eso era, un patán inmaduro, un idiota incapaz de saber qué quiere. Y lo quería, lo peor de todo era todo ese amor que dentro de ella se escondía. Lo peor de todo era el detestarse por no haber salido corriendo a tiempo. Porque él quería que ella lo quisiera, pero él no sabía querer.