viernes, 30 de agosto de 2013

022

- Y entonces, ¿cuál es ahora el plan?
- Ser todo lo contrario de lo que siempre he sido.
- Esa no eres tú.
- Esa es la idea, no quiero ser yo. Quiero ser esa por la que alguien se la juegue de verás. Quiero ser esa a la que le lloran, le sufren y le ruegan. No la niña linda y tierna a la que le tienen gran cariño por ser tan buena, no soy una mascota.
- ¿No has dicho que detestabas a esa clase de chicas?
- Sí. Pero he decidido cambiar de papel, o tomo las riendas o sigo llorando. Y de llorar, yo ya me he cansado. Ya no quiero estar del lado de la pobre perdedora. Quiero ser repudiada con razón.

miércoles, 28 de agosto de 2013

021

Otro objeto más que impacta contra las paredes de su cuarto. Histérica, no hay otra palabra que la defina mejor, esta enfadada... totalmente enfadada consigo misma. Y entonces piensa o tal vez es que no piensa, porque la sangre hierve y se da cuenta frente al espejo que no hay nadie capaz de hacerle tanto daño como aquel que ella misma se provoca.
Un grito ahogado contra la almohada y un golpe sordo a la pared. Si las cosas pudieran importarle un poco menos. Si fuese capaz de ver la vida de diferente manera.
Necesita un cigarro, quizás dos. Pero irónicamente se había desecho ya de todos. ¿Cómo se sigue viviendo aún con tanto veneno?

martes, 27 de agosto de 2013

020

De esas personas que da gusto conocer, te dejan un muy buen sabor de boca y una sonrisa en los labios...

O de esas otras que te gustaría conocer, como por ejemplo el chico aquel que ves casi todas las mañanas y toma el autobús junto a ti, con quien sólo has intercambiado algunas miradas.

domingo, 25 de agosto de 2013

019

El cielo tronó. El día llego. Y volví a sonreír.
Sonreí realmente. No como las sonrisas que he dedicado los últimos días. Fue una sonrisa sincera, contenía alegría, paz y esperanza. Y sobre todo contenía mi fe.
Todo se arreglara, todo volverá a colocarse en su sitio y el vacío que ahora esta instalado en mi, dejara de causarme dolor.
Al final alcanzare aquello que tanto anhelo. Porque lo merezco, porque sé que puedo.

sábado, 24 de agosto de 2013

018

- ¿Con tus padres? Debes estar bromeando. No creo que eso vaya a ocurrir.
Imposible. ¿Es que acaso le estaba tomando el pelo? Que locura. ¿Por qué sus padres querrían conocerle? ¡A ella! Es decir, ¿cuánto hacía que salían apenas? 3 meses. ¿No se supone que debieran ser los padres de ella quienes desearan conocerle a él primero? Nuevamente... ¡Que locura!
- Vamos, verás que son inofensivos. Quizás hasta te agraden.- Dijo él mientras le sonreía divertido.
- No lo comprendes ¿verdad? No me preocupa que me agraden, me preocupa YO no agradarles, es decir tu y yo realmente no tenemos nada. ¿Se los has dejado claro? Apenas nos conocemos, somos amigos simplemente o algo así. No es como que este buscando un marido o tu una esposa.
- Sólo quieren conocer a la chica con la que estoy compartiendo tanto tiempo, están curiosos. Hace tiempo no le dedicaba atención a nada que no fuese trabajo.
- ¡Genial! ¿Y qué culpa tengo yo de tus pocas ganas de socializar?
- Te estas volviendo loca por nada. No es para tanto, es sólo una cena... como si tu me invitaras a tu hogar un día.
- No lo creo. Simplemente no lo creo. Ni siquiera sé cómo debería vestirme. ¿Qué tal que no les agrado? ¿Qué tal que les caigo muy mal y te la montan por relacionarte con alguien como yo?
- ¿Estas hablando enserio? ¡Van a amarte!
Ni siquiera tu me amas imbécil pensó. Se preguntaba en qué momento la relación los había llevado a este punto. Ella no tenía claras las intenciones de él. Parecía gustarle, pero ¿y qué? eso no garantizaba nada. Llevarla a su casa era una locura ¿la estaba poniendo a prueba acaso? La iba a volver loca, un día de estos el chico que estaba apareciendo en sus sueños desde hacía un tiempo la iba a terminar volviendo completamente loca.
- Paso por ti a las 8:00, no te estreses ¿vale? Prometo que todo saldrá bien.


Decir que estaba hecha un manojo de nervios no hubiese sido suficiente, no tenía idea de cuántas horas tenía mirándose al espejo. Al final había optado por un vestido negro simple, con un largo que consideraba apropiado y sin ningún tipo de escote pronunciado, un poco de maquillaje para no verse tan desarreglada o desinteresada, pero no muy cargado tampoco. Se calzo un par de tacos azules y un abrigo a juego. Iba a matarlo. Apenas terminara esa noche podía considerarse hombre muerto. Miro al reloj que se encontraba en la pared 8:00 pm. Y en ese instante sonó el timbre.

- Te miras preciosa.- Le dijo apenas la vio.
-Ya cállate y terminemos con esto- Dijo ella saliendo de su casa y encaminándose al coche.
No hablaron realmente durante todo el trayecto, él la miraba cada que podía, pero ella ni se inmutaba. Realmente no sabía a qué iba todo este circo montado. La verdad es que durante estas horas se ha hecho mil preguntas acerca de ellos. Estaba insegura, de lo que estaba ocurriendo, de lo que estaba sintiendo y de lo que él pudiera sentir por ella.

La cena transcurrió tranquila, los padres del chico resultaron muy agradables y al parecer les había causado una buena impresión. Le pidieron que volviera pronto y han charlado muy amenamente. Nadie entro en gran detalle, ni siquiera le hicieron sentir incomoda con un ¿cómo se conocieron?. Fue casi como si le conocieran de toda la vida.

Una vez fuera, mientras se dirigían de nuevo a su casa ella no pudo más, de sus ojos incontrolables lágrimas empezaron a salir resbalando por su mejilla. Él la miro preocupado, intento tomar su mano pero ella la aparto antes de poder hacerlo. No dijeron nada hasta que llegaran y entraran a la casa.

-¿Qué es lo que pasa?.- Le dijo él por fin.
-¿Qué es lo que pasa? .- Explotó- ¿A qué demonios estas jugando? ¿Qué pretendes con todo esto? No sé de qué se trata pero no me agrada, tu maldito juego me ha colmado la paciencia ¿sabes? Y no, no voy a tolerarlo... No puedes jugar conmigo así, no puedes salir conmigo y después de 3 meses no saber hacia dónde vamos, no puedes de repente llevarme a casa de tus padres cuando ni siquiera tengo idea de qué somos porque jamás lo he tenido claro. Maldita sea, no sabes cuanto te detesto.

- Te amo
- ¿Qué?
- Que te amo, que eres una tonta si no lo sabes. Que realmente debes ser muy despistada si no te has dado cuenta que durante estos 3 meses no he podido sacarte ni un instante de mi cabeza, que tu sola presencia ilumina cada uno de mis días. Que eres la razón de que sonría como un estúpido cuando nunca antes lo hice. Perdón si no te he pedido que seas mi novia, si no he formalizado con palabras lo nuestro, es sólo que desde el principio dijiste que no creías en los compromisos, por eso busque cada día decirte en actos lo que representas para mi.
- Es que... ha sido todo tan confuso. Yo, Dios... tengo tanto miedo de perderte.
Se acerco a ella y la abrazo, como nunca antes, queriendo transmitirle todos y cada uno de sus sentimientos, queriendo llenarla de seguridad, de amor.

- Sé que estas asustada, pero no me iré a ningún lado. Debes creerme.


viernes, 23 de agosto de 2013

017

Y es la noche el momento más temible del día, porque es ahí cuando las fuerzas se acaban. Cuando el silencio me invade y no puedo retener más las lágrimas. Me repito una vez tras otra que todo pasara, que debo ser paciente, que la herida sanara y pronto volveré a ver la vida igual, con la misma alegría, con la misma ilusión.
Estoy en ese momento en el cual me odio completamente, porque detesto verme así, porque deseo que toda esta maldita pesadilla acabe y volver a estar de pie, pero definitivamente no puedo con ella, la noche aquella que era mi preferida me ha dado la espalda y se ríe de mi a carcajadas.
La anestesia disminuye. Las dosis cada vez surten menos efecto. Mi rostro me delata y yo realmente te hecho en falta.
Aquí me tienes, siendo cobarde, llenándome de frases que me permitan ver que no todo esta tan mal para volver a terminar igual. Y es que no puedo negar lo que siento y es que a pesar de todo, te sigo queriendo.

jueves, 22 de agosto de 2013

016

Fue ese angustiado y desesperado grito el que logro despertarle, miro desesperada alrededor, su cuarto oscuro, su cama vacía.
Lágrimas cayeron por sus ojos sin poder contenerlas, esa maldita pesadilla era una realidad. ¿En que momentos sus sueños se volvieron en su contra? Le extrañaba, como nunca imagino siquiera le extrañaba y para su desgracia que él lo supiera no cambiaría nada.
No quiero tu compasión le había dicho y es que era así, lo que ella necesitaba de él... le pertenecía ahora a alguien más.

sábado, 17 de agosto de 2013

015

Y mamá siempre sabe un poco más.

Debí haberlo sabido ese día, quizás prestar más atención a aquella conversación que iniciamos en aquel lugar mientras comíamos, puedo recordar hasta los lugares que ocupábamos y la gente que nos rodeaba.

- ¿Cómo esta él?.- Preguntaste mirándome fijamente.
- Bien.- Respondí simplemente- Al parecer todo va mejor.
- ¿Y entre ustedes? ¿Esta todo bien también? ¿Siguen hablando?
- Cada que podemos, ya sabes.
- Es bonito.- dijiste- es bonito aquello que tienen y que han ido construyendo todo este tiempo, te ves diferente cuando hablas de él, lo quieres y él te quiere a ti también ¿no?
- Sí, creo que si. Es bueno tenerlo...
- Pero sabes que no pueden llevarlo más lejos ¿verdad?
- Somos buenos amigos solamente.
- Lo sé y así deben quedarse. Llevarlo en otra dirección sólo les traería problemas, sus mundos son diferentes. Hay personas que no están destinadas a estar juntas por mucho que se quieran. Puedo darme cuenta que tu relación con él no es como con otras personas, lo de ustedes se fue dando sin planearse, creo que por eso lograron llevarse tan bien. Pareces no tener miedo de ser tu cuando se trata de él.
- Nunca quise quedar bien con él, no pretendía impresionarlo ni hacerle creer que era alguien que valía la pena, fui sincera con él desde el primer momento, conoce mis defectos y mi pasado y aún así esta aquí, siempre he creído que la razón de que llegáramos hasta este punto es porque nunca tuvimos interés en mostrarnos como alguien más, nos aceptamos y llegamos a encariñarnos con el otro sin intenciones ocultas ni nada.
- Por eso es mejor que solo se vean como amigos, para no perder eso.
- No hay nada más, lo tenemos claro- Dije mientras te sonreía.

Rara vez hablamos seriamente, sobre todo de chicos. Sé que te preocupas aún cuando no digas nada, sé que ves más de lo que quisiera pero sé también que sabes que de cada caída me ha gustado levantarme con mis propias manos. No diré que me gustaría saber tomar siempre las decisiones correctas porque entonces quizás no aprendería nada de esta vida y todo se volvería aburrido y sin sentido. El dolor nos recuerda que seguimos vivos tanto como el sentir felicidad. Y todo pasa, tarde o temprano pasa. Así que aunque las lagrimas me traicionen más de lo que quisiera y muchas de las cosas que iniciaron bien se estén viniendo abajo sigo creyendo que es una bendición cada nuevo día que la vida me regala. Aún me tengo a mi y para bien o para mal sigo teniendo la misma meta final.

viernes, 9 de agosto de 2013

014

Dear Little O

I promised not to break his heart that day ...

I kept my promise... :)

Aún cuando eso acabara con las ilusiones mías...

martes, 6 de agosto de 2013

013

Ahí estaba ella mirando por ese enorme ventanal, la noche había llegado regalándole una luminosa luna, tan grande, tan brillante. Amaba las noches en las que la luna presumida consciente de su belleza se mostraba sin pudor alguno para que la admirasen. Regina lo hacía, la admiraba porque según ella decía, esta tenía magia, no podía evitar emocionarse mientras se perdía en ella, no podía evitar que un sentimiento de paz la invadiera al hacerlo.

- Hola guapa.- Escuchó entonces, dirigió su mirada hacia el portador de aquel saludo. Realmente lucía guapo, tenía porte, sin duda la tenía, su traje azul marino provocaba que sus ojos lucieran de un azul aún más profundo, tenía cierto dejo de arrogancia pero no aquella capaz de hacerla enfadar, sino aquella que te hace reír y desear seguir escuchando para saber cuántas tonterías más será capaz de contar. Anthuan era todo un caso. Pero había aprendido a tomarle cariño en poco tiempo, como a todos los demás.

- No fastidies Anthuan.- Dijo Catalina. Ella era una mujer increíble con un instinto casi maternal, había acogido a Regina como si le conociera de toda la vida y la llevaba de aquí para allá con el fin de que se sintiera cómoda, después de todo, no debía ser fácil estar en un país tan distinto al tuyo. - Nos preguntábamos donde se había metido la estrella de la noche, ¿qué tanto miras por la ventana Regi?

- La luna, esta especialmente linda esta noche. ¿Quién es la estrella de la noche? ¿De qué hablas? - Dijo Regina con una enorme sonrisa despistada mientras se acercaba a ellos.

- Niña, esa obsesión tuya por la noche y sus elementos. Ahora veo porque te llevas tan bien con Thom, él siempre esta también por ahí buscando cosas en el cielo.

- Déjenla tranquila, tienes razón Regina, esta noche parece algo especial.- Comento la última integrante de ese pequeño grupo. Cassandra imponía con solo mirarla, a los ojos de Regina era realmente hermosa, parecía una muñequita de porcelana, no una barbie, ella era del tipo de chicas que te pueden hacer temblar, inteligente, hermosa y una persona con un corazón de oro según le había dejado ver, realmente esta mujer había llegado a tiempo a la repartición de dones y se dio el lujo de tomar unos cuantos. Un día había reído bastante cuando Regina se lo había comentado y le había dicho que exageraba. La verdad es que hasta su risa era linda.

- ¿Han visto a Thom, por cierto? .- Dijo de pronto Regina, al darse cuenta que no venía junto al resto del grupo.

- Creíamos que estaba contigo, prin.- Pero solo te hemos encontrado acá coqueteando con el cielo.

- No me llames Prin, suena raro. ¿Hey, qué haces?.

- Lo siento princesa, olvide que sólo podía ser llamada así por su alteza el príncipe Thom.- Dijo mientras arrebataba la copa que ella llevaba en la mano. Para tirarla después torpemente.

- ¡Que idiota!.- Gritaron las tres al unísono olvidando el lugar donde se encontraban. Las personas voltearon al instante y tras soltar una carcajada, Anthuan decidió sacarlas de esa multitud.

- Pero miren si las princesas pierden la clase y empiezan a gritar eh!.- Cassandra saco una botella de vino y sirvió un poco para todos mientras se sentaban en la pequeña terraza del lugar.

- Uumm, chicos, ¿me disculpan unos minutos? Veré si encuentro a Thom, no lo he visto desde hace un rato. Vuelvo en breve ¿vale?

- Vale. Dile que mueva su trasero hasta aquí si no quiere esta noche pasarlo realmente mal.- Dijo Catalina, quien ya se encontraba algo alegre, debido a las copas. Una vez Regina salió dirigió su mirada hacia Cassandra, quien se había quedado inmersa en sus pensamientos.

-¡Hey tu! ¿pasa algo Casse?

- No, es sólo que... bueno. Uumm, espero realmente estar equivocada, pero no pude evitar darme cuenta de que además de Thom, nuestra "buena amiga" Meredith tampoco estaba en el lugar.

- No es posible. No, no, no es posible. Thom no sería tan tonto, es decir, él ama a Regina y conoce a Mere, esta chica le ha jugado ya un par. ¡Dios! Nuestro Thom sería incapaz de lastimar a Regi, él sabe que ella no lo merece.

- Eh chicas, dejen el drama. Thom esta loco por Regi, ¿qué no han visto la forma en que brillan sus ojos cuando la mira? Nunca lo vi así, tan emocionado, tan feliz. Ni siquiera con Meredith fue así, es diferente, Regina lo llena de vida, de alegría. No deberían ni plantearse la posibilidad de que pudiera compararlas y elegir a esa arpía sobre nuestra Regi, además. ¿La han visto hoy? La mujer desborda sensualidad. Todos los tipos han volteado a verla toda la noche. Pero cuando ella no esta viendo a Thom, esta viendo el cielo.

- Lo cual te ha decepcionado, pues preferirías te viera a ti ¿cierto?. Por otro lado Meredith es una manipuladora Anthuan, siempre ha sabido llegar a Thomas y manejarlo a su antojo, le quiero y Dios sabe cuanto admiro el hombre que es, pero cuando de Mere se ha tratado, siempre ha sido un idiota. ¿Qué si lo que estoy pensando no esta tan errado?

- Prefiero no pensar en ello Casse, de verdad prefiero no hacerlo, porque podría olvidar que ese hombre es mi mejor amigo.

Regina entro de nuevo a la casa, le busco en las habitaciones y echo un ojo de nuevo en el salón. No había rastro de Thom, entonces un pensamiento cruzo por su mente, ¿sería posible que se encontrase en el despacho? ¿de verdad? Este hombre necesitaba que le aclararan el asunto, ¿estaban de fiesta y el se había encerrado a seguir trabajando? Había que estar loco. Pero entonces supo que se encontraba allí, la luz estaba encendida y provenían voces de dentro. Un momento, ¿voces? ¿Con quién estaba Thom?

Se acerco sigilosa a la puerta y la abrió sin que esta hiciera el menor ruido y lo vio. Ahí frente a ella estaba él. Thomas Abreu, el hombre del que estaba perdidamente enamorada, estaba allí amando a otra. Sintió como si alguien hubiese golpeado su estomago y por un instante creyó que sus piernas serían incapaces de seguirla sosteniendo, pero no, no lo permitiría, no la traicionarían ellas también. Cerro la puerta con cuidado y entonces alzando la cara camino de nuevo por donde había venido, sintiendo como con cada paso que daba algo dentro se quebraba.

Justo cuando tuvo que pasar de nuevo por el salón escucho como Dante, el papá de Thom hablaba con unos amigos, les decía que terminaran pronto con lo que hacían para dirigirse al despacho. A Regina se le fueron los colores solo escucharlo, de sólo pensar lo que podría ocurrir si Dante viera lo que ella acababa de presenciar logro estremecerse, entonces no supo como pero llego corriendo a la terraza con los demás agitada.

- ¿Qué pasa?, ¿Estas bien?, ¿Regina, qué sucede?

- ¡Chicos! Anthuan, por favor... Corre, Anthuan tienes que detener a Dante, se dirige al despacho, no puede, por favor, no puede entrar allí, distráelo, cuéntale lo que sea, no sé, por Dios ¡detenlo!

- Regi, por favor tranquilízate y dime qué pasa.

- No hay tiempo para explicaciones, ya te lo aclaro después... si es necesario. Pero anda a hacer lo que te digo, Dante se dirige allá con sus amigos, no pueden, no pueden entrar ahí... Thom, Thom se encuentra dentro con... Meredith.- Dijo en un susurro apenas perceptible pero que todos escucharon perfectamente.

- ¡No es posible! ¡Dios! Regina...

- No ahora Cata, por favor... Vayan y saquen a Thom y a... ella de ahí. Anthuan, dales solo un poco de tiempo para que alcancen a dejar el despacho. Es importante que se muevan rápido, ya hemos perdido mucho tiempo acá.

- Deberíamos dejar que se las apañen solos, ¿por qué deberíamos...?

- ¡Ya cállate Anthuan! Puedes hacerme ese maldito favor y ya, no quiero escuchar nada. Solo saquenlo de ahí de inmediato.- Grito Regina alterada. Los chicos la miraron y entonces sin decir otra palabra se marcharon a hacer lo que les había pedido.

Regina quedo ahí parada, sosteniéndose de la mesa. Miro a su alrededor y vio aquel asiento donde por primera vez estuvo con Thom, donde la persona a quien amaba y deseaba era ella. Contuvo las lagrimas y miro una vez más al cielo, le regalo una sonrisa rota a la luna y le susurro un "ayúdame".

Catalina llego hecha una furia al despacho, abrió la puerta sin la menor delicadeza, importándole poco el hecho de que su mejor amigo se encontrase ahí dentro desnudo con otra chica en las mismas condiciones. Mas que pena, lo que sintió fue asco sólo verlos.

-Eres el más grande imbécil que pueda existir Thomas Abreu, espero que lo sepas.- Dijo justo cuando lagrimas de rabia resbalaban por sus ojos. Cassandra se detuvo justo a su lado después de cerrar la puerta.

- Es mejor que se vistan pronto.- Dijo a un todavía anonadado Thom y a una Meredith bastante molesta por la interrupción. Cassandra la ignoro por completo.- Tu padre se dirige acá acompañado de sus amigos, apresúrense, no creo que Anthuan se esfuerce mucho por mantenerlo lejos. Ni siquiera yo lo haría.-

- Casse, Cata... - dijo apenas Thom mientras se cambiaba.- Yo, chicas, déjenme explicarlo todo.

- Eres un maldito animal, cerdo asqueroso... ¿quién demonios eres tu?.- Dijo Catalina mientras intentaba abalanzarse sobre él.

Cassandra le miro y la detuvo.- No Catalina, no lo vale. Ahora salgamos de aquí antes de que tu padre llegue.

- Gracias Casse, gracias chicas, de verdad lo siento.-

- Ja! ¿Gracias?, no, la verdad es que realmente era tentadora la posibilidad de que tu padre llegara acompañado de los socios y te encontrara aquí... así, como estaban. Realmente te lo merecías, no sabes cuánto lo hubiéramos disfrutado.- Le soltó Catalina

- Pero no lo hicieron, así que lo agradezco, yo no he sido un buen amigo. Sé que esto parece traición, pero ustedes si lo han sido y yo...

- Realmente Thomas, es que a quién tienes que agradecérselo es a Regina. Es por ella que estamos aquí, no hubiéramos movido un solo dedo por ti sino fuese que ella nos lo pidió.- Agrego Cassandra sabiendo lo que sus palabras impactarían al joven.

- ¿Regi...?, ¿Regina... lo sabe?.- Respondió Thomas mientras sentía como el mundo se le venía encima, ¿Regina lo sabía? y aún así había sido capaz de mandar a sus amigos a sacarlo del apuro, sus propios amigos habían decidido darle la espalda, pero ella, su Regina no permitió que se metiera en un problema que de más estaba decirlo habría resultado muy grave.- ¿Dónde esta ella?, ¿cómo lo sabe? Dios, ¿dónde esta Regina?

- ¿Ahora te importa? No sólo lo sabe, fue ella quien los vio. Te estaba buscando, quería que pasaras un rato con nosotros y entonces supongo vino a buscarte acá y probablemente vio mucho más de lo que hemos visto nosotras. Tienes suerte, yo te habría arrancado los ojos. Vamos Cassandra, estar aquí me da asco.- Y sin decir más ambas chicas salieron de la habitación.

Vieron acercarse a Anthuan preocupado, pues no había podido detener más tiempo al padre de Thom. Entonces ellas le indicaron que estaba bien, dirigiéndose en busca de Regina, cuando llegaron a la terraza la encontraron allí, una copa de vino en su mano, los ojos cerrados sintiendo como el viento frio acariciaba su rostro.

Abrió los ojos cuando se percato de los pasos, entonces volteo a verlos y les regalo una sonrisa. Gesticulo un gracias con los labios y se tiro después en una de las cómodas sillas que ahí estaban.

- Regina... .- Dijo Catalina

- Shht, no pasa nada. Estoy bien, no quiero que se preocupen chicos. La verdad es que si no les importa, preferiría no hablar del tema. No podía significar nada bueno que Meredith estuviera acá, confíe de más. Sólo eso.-

Anthuan la miro dolido y golpeo la pared con fuerza haciendo que las chicas se asustasen. ¿Cómo era posible? Acababan de romperle el corazón, él sabía cuánto Regina amaba a Thomas, se dio cuenta desde el primer día que hablo con ella. Sabía que debía estarse muriendo por dentro, pero estaba ahí sentada con ellos, tomándose una copa y sonriéndoles... casi consolándoles a ellos, cuando debería ser al revés. Sus deseos de matar a alguien, mejor dicho a Thom aumentaron, el muy imbécil había sido capaz de herirla a ella. ¡A ella! Que se desvivía por hacerlo feliz, que le cuidaba y le hacía sentirse tan seguro, según sus propias palabras. Amaba todo eso de ella, la forma en que podía enfrentar a Thom y hacerlo caer tan fácilmente, la forma en que se comportaba como una niña pequeña muchas veces y como de repente podía convertirse en la mujer más madura que había conocido jamás. "Hablas como mi abuela" le había dicho Anthuan en algunas ocasiones. "Bueno, pero te aseguro que soy una abuela sexy" respondía siempre a tono de burla. Thom los miraba divertido y le respondía un "te lo dije, no puedes con ella". ¿Por qué Thomas habría cometido una locura así? ¿Por qué su mejor amigo se convertiría en un patán de un día a otro? No lo entendía y peor aún, no creía poder perdonarlo nunca.

- No me siento bien.- dijo él por fin con la mirada perdida.

- Quizás deberíamos ir a descansar, es tarde.- Dijo Regina mientras corroboraba la hora en su reloj.- Una ducha refrescante y la comodidad de una cama suena como algo atractivo después de tanta fiesta ¿no creen?

- ¿Estas segura que estarás bien Regina?.- Cuestiono por fin Cassandra.-

- Agradezco la preocupación chicos, en verdad. Pero estaré bien, un poco molida quizás mañana por tanto ajetreo, pero bien. Vamos, los quiero totalmente frescos para venir a despedirme, mi vuelo sale temprano y no pienso irme sin haberlos visto antes.

- ¿Mañana? Creí que te quedabas aún otra semana.- Dijo Anthuan

- La verdad es que dadas las circunstancias... bueno, ya tengo el boleto pues.

- Me sorprende que ahora mismo no estuvieras ya montada en un avión. Agradezco que así sea, porque realmente he disfrutado el tenerte con nosotros Regi, pensé que quizás podía terminar odiándote pero te supiste ganar a cada uno de nosotros sin problema. ¿No preferirías quedarte hoy en casa? No me causaría ninguna molestia.

- Esta bien Casse, me quedaré acá. Además, tendría que dar algunas explicaciones a los padres de Thomas y bueno, por el momento no me apetece hablar nada. Ellos se han portado estupendamente conmigo, no quiero bajo ningún concepto ser mal agradecida con ellos. Y bueno, Cata y Anthuan duermen acá también, así que no hay nada de qué preocuparse. Nos vemos entonces mañana, descansen chicos.

Se dirigió muy lentamente hacia su cuarto, cada movimiento le dolía. Le dolía demasiado. Se quedo ahí sentada a los pies de la cama preguntándose si realmente estaba ocurriendo. Miro su reflejo en el espejo y vio el dije que él le había regalado apenas llego "Princess", el siempre la llamo así, un mote tan común, pero que él lo hacía sonar tan único. Ya no sería más su princesa y él ya no sería más su príncipe. Era tiempo de seguir, sola, sin él.

Perdida en sus pensamientos no escucho el alboroto que se desataba en el pasillo. Anthuan y Thomas se habían encontrado por primera vez desde el incidente mientras se dirigían al cuarto de Regina. Anthuan enfurecido le propino un puñetazo que desestabilizo por completo a Thomas.

- ¿Qué diablos te pasa?

- ¿Qué diablos te pasa a ti? ¿cómo te atreviste?.- Respondió Anthuan cabreado.

- Ese no es asunto tuyo, la explicación se la debo a ella y se la pienso dar.

- A ella no te le acercas imbécil, ya mucho has hecho. Alejate. Si realmente eres un hombre aléjate y deja que ella siga su vida. Ya encontrara a alguien que de verdad la valore y sepa cuidarla como se debe.

- ¿Ah si? Y ese alguien ¿podrías ser tu? Ni en tus sueños Anthuan. Ni lo pienses. Ella no, ella es intocable ¿entiendes?

- ¿Y qué si fuera yo? Eres tan egoísta que no soportas la idea de que alguien más pueda tenerla, porque sabes que nunca nadie en este miserable mundo llegara a quererte de una forma tan real y tan pura como ella lo ha hecho.

Thom le empujo y entonces entro a la recamara. La vio ahí de pie, hermosa. Siempre había sido hermosa aún cuando ella no se diera cuenta, se quedo mirándola intensamente cuando el vestido que llevaba se deslizaba hasta llegar al suelo. "Quiero un vestido azul" había dicho ella. "Un hermoso vestido azul de princesa para fiesta". Sonrió al recordar antes de volver a concentrarse en ella. Su cuerpo no estaba trabajado, pero tenía las curvas y proporciones justas. Thom sintió de pronto como si le hubiesen clavado una daga en el pecho, el terror se vislumbro en sus ojos, sólo entonces lo supo. Supo que la mujer que tenía frente a él no volvería a estar entre sus brazos jamás, no volvería a tocarlo, a amarlo... se habían acabado las noches en que después de hacer el amor terminaba recostada en él y al cabo de unos minutos se quedaba dormida.

Cuando salió de la ducha Regina se encontró de frente con él. Le miro fijamente a los ojos, se acerco a él y se abrazo a su cuerpo. Él se quedo de piedra, esperaba que lo golpeara, que le dijera que lo odiaba, que no quisiera siquiera tenerlo a 3 metros de distancia. Pero su Regina siempre iba en contra de todo lo humanamente normal. Por algo se había enamorado de ella y estúpidamente esa noche había dejado que la confusión de aquel amor del pasado lo llevara a perderla, porque lo sabía. Hacía ya un tiempo ella se lo había dejado claro "yo no quiero ser como esas otras chicas con las que decías tener una relación pero no podías sacarte de la mente a Meredith, no quiero estar contigo mientras estas pensando en alguien más, así que la mas mínima duda que tengas debes hacérmelo saber, te quiero, pero no deseo terminar destrozada" Y aunque ahora el pequeño cuerpo de Regina se aferraba a él, ese abrazo estaba cargado de emociones de inevitable despedida. Ella se aparto un poco, le miro nuevamente a los ojos y le regalo una enorme sonrisa. Sus ojos reflejaban el más grande dolor y a la vez estaban llenos de amor.

- No es necesario que me digas nada, no te escucharía de cualquier forma. Así que déjame hablar a mi esta vez por favor. Te amo.- Le dijo.- Lo prometí... hasta el último de mis días. Se feliz Thomas, tan feliz como me hiciste a mi. Gracias por todo.

Deposito un beso en sus labios y antes de que él pudiera emitir alguna palabra se dirigió hacia su puerta, abriéndola para que él saliera por ella. Salía de su recamara y en ese mismo instante salía también de su vida. Se acerco al balcón y miro al cielo pidiéndole a Dios que le diera la fortaleza suficiente para no derrumbarse. Solo tenía que esperar
 a que llegara el amanecer, entonces un avión la llevaría de nuevo a casa, con todo su amor y todos sus sueños guardados en la maleta. Aquí acababa su hermosa historia de amor pero la vida aún así seguía.

 

sábado, 3 de agosto de 2013

012

Podía verse caer la tarde, los colores se mezclaban a lo lejos y me sentía plena. Ahí sentada a su lado, tomando su mano. Le mire a los ojos y susurre un "te amo", él respondió al gesto pegándome más a su pecho, regalándome una de esas intensas miradas que lograban derretirme instantáneamente; y besando mi cabello añadió un "te amo también" de regreso.

Entonces sucedió, después de no verle en mucho tiempo, se mostro ahí frente a nosotros, una mirada altanera, esa copa en la mano. Guapa, definitivamente se miraba guapa, pero no se parecía del todo a mi amiga. Nos miro con asco y después sonrió irónicamente.

- Me dijeron que algo así podía encontrarme, siempre tan soñadora. ¿Crees haber encontrado el amor? Te miras patética. ¿Hasta cuándo piensas crecer? Por Dios, no es posible que sigas creyendo en cuentos de hadas.

- También me da gusto verte.- Respondí. Él me miró un poco confundido, le di una sonrisa que pudiera indicarle que estaba todo bien.

- Déjate de tonterías.- Respondió.- Te advertí que no te metieras en esto, que no te enamoraras de él.

- Y después te alejaste sin decir una sola palabra, empezaste a ignorarme, te enfocaste en ti y en tu relación y entonces nada más te ha importado. ¿Qué es lo que realmente te molesta? ¿Que yo este bien es acaso tan malo para ti? ¿No es que mi amiga debería sentirse feliz por mi? ¿Por qué tu si y yo no?

- ¡¿Que tu estés bien?!, ¿Qué tu estés bien?, por Dios! escúchate. ¿Cuánto tiempo crees realmente que durara tu cuento de princesas? ¿cuánto crees que tardara en caerse el mundo encima de ustedes dos? Mírense, son totalmente distintos, sus mundos son totalmente diferentes. Me molesta, claro que me molesta que te comportes como una cría, que vayas por el mundo con esa cara de felicidad, como si nada ni nadie los pudiera tocar, ubícate de una vez. En la vida real las historias de amor fantásticas son solo eso, fantasía. NO ES REAL.

Una lagrima rodo por mi mejilla. ¿Quién era ella y en qué momento había dejado de creer? No logre encontrar una respuesta, me levante y camine hacia ella entonces. Me miro altiva y entonces le abrace fuerte.

- Te extraño le dije y hubiera deseado que compartieras tu dicha conmigo y poder compartir la mía contigo.

Me aparto de inmediato, me miro enojada y se dio media vuelta. Apenas dio unos cuantos pasos cuando nuevamente se detuvo para mirarnos una vez más. Él se había situado de nuevo a mi lado y tomado mi mano.

- De verdad espero que toda la porquería que contamina esta vida no te destruya algún día. Si a pesar de todo puedes seguir creyendo, no mereces menos que un amor capaz de atravesar montañas, distancias y el tiempo mismo.- Sonrió y luego añadió.- Es difícil estar cerca de ti, brillas todo el tiempo, no de forma soberbia... simplemente brillas. Nunca has sabido conformarte, luchas por lo que quieres, una y otra vez aún cuando la mayoría de las personas nos rendimos al primer fracaso. He estado molesta por eso, me molesta pensar que tal vez tu cuento de hadas pueda acabarse un día después de ver cuándo has luchado... simplemente no lo soportaría.

- Estoy consciente de ello, pero no puedo ser de otra forma. Esto es lo que quiero, yo con él soy aún más feliz.

- Ese es el punto, ser feliz ya de por si es difícil, pero tu no solo eres una persona feliz, además te diste el lujo de encontrar a alguien más con quien compartir toda esa felicidad. ¿Qué pasara si mañana él decide que esto es demasiado complicado y se marcha?

- Si eso ocurre, entonces estará en todo su derecho. Me quedare con mi felicidad y seguiré adelante. Él podrá hacer lo mismo.

- Y te levantaras día a día con esa estúpida sonrisa que a todos nos hace pensar que el mundo no es tan malo. Aunque sea un asco. De verdad, tu no perteneces a este mundo. No pueden tus sueños destruirse todo el tiempo y seguirte manteniendo en pie, no es posible que siempre encuentres razones para estar bien, yo sé cómo duele cada que algo no sale bien, tus ojos son incapaces de ocultar el dolor, pero no te rindes... nunca y eso realmente es abrumador. Tú.- dijo dirigiéndose a él.- La lastimas y considérate hombre muerto, no he conocido a nadie que no haya pagado por provocar una lagrima suya, yo misma tengo ya una deuda en el infierno. Nos vemos.

Y se marcho, con su copa en la mano, sus tacones y ese vestido del color del vino.

- ¿Realmente crees que pueda irme de tu lado?.- Dijo él.

- Podrías, pero espero realmente que prefieras quedarte.- Respondí antes de besarlo.


 

 

jueves, 1 de agosto de 2013

011

Con frecuencia voy contando a mis pequeños algunas historias, en ocasiones van ligados al tema, otras tantas sólo son por entretenimiento. Rara vez puedo seguir un guión tal como se encuentra escrito, termino perdiéndome y modificándolo por completo, ellos igual los aman y yo los amo por ello. Ya que cuando es así, puedo escucharlos después relatar a sus compañeros lo que se les quedo grabado o bien pedir que se los cuenta una vez más.

Niño o niña, siempre y cuando les presentas cosas novedosas y juegues con tu voz, tus gestos y los movimientos corporales el entusiasmo en ellos no espera en hacerse notar, no me considero tan buena en ello, pero aprendí un poco de las mejores en mi anterior trabajo.

Sobre los cuentos de hadas y princesas encantadas (y no tan encantadas) son ellos los especialistas, los aman y es gracioso cuando les regalas un desenlace distinto al que ellos conocen, te miran con curiosidad y preguntan: "¿si, maestra?" y satisfechos te recompensan con una sonrisa.

Yo ahora soy una princesa, es decir, también para los pequeños. Que han insistido enormemente en que debo tener un vestido, TODAS las princesas tienen un vestido. No me buscaran un príncipe, ya que yo ya tengo uno, o algo similar. Digo, después de haber aprendido a moverle a mi celular mucho mejor de lo que yo lo hago, ahora pueden entrar a todas mis carpetas de fotos y presentarle a mis compañeras de trabajo a cierta persona a quien con gran interés le han declarado como "el princhape de la maesta Liya" (no estoy segura de que princhape sea la palabra, aún tengo dificultades para entenderles del todo pero algo así se escucho). Con un princhape así, quiero ser una princesa por SIEMPRE, o bueno... si es necesario su princhapa :)